Esta técnica consiste en estampar (con herramientas especiales que confieren una textura tridimensional), colorear y endurecer una superficie de concreto (hormigón), para obtener una apariencia natural de materiales tales como ladrillo, laja, piedra o cerámica, permitiendo una gran variedad de diseños y colores.
La diversidad de texturas, colores y diseños, sumado a la amplia gama de aplicaciones, convierten a la técnica del concreto estampado en el aliado ideal para construir pisos, veredas y accesos, con costos reducidos y de gran valor arquitectónico.